viernes, 30 de marzo de 2007

Cuando explota el universo

Siento.
Las sensaciones (placer) son mías.

Te siento.
Mis sensaciones (siguen siéndolo) se acompasan a tus movimientos. Mi placer es a ti debido.

Siento que me sientes.
Noto tus sensaciones (placer) al sentirme.

Me siento tú sintiéndome.
El placer que sientes lo siento mío.

Siento que lo que tú y yo sentimos es lo mismo e indiscernible. No hay distingo entre los placeres porque no hay distingo entre los cuerpos.

Entonces el placer ya no es sólo físico, aunque existan a la vez todas las fases de percepción sensorial, todos los placeres. El placer de los cuerpos (infinito) es el vehículo de otras emociones. Las almas están libres, sin cuerpos, desentrañando el nudo de Dios y su misterio (Aute dixit). Y así se llega a donde acaba, a donde nace, a cuando explota el universo. Porque en esos momentos todo es uno.
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Ayer, escuchando la letra de esta canción de Aute, me acordé de un post viejo escrito a petición de Marguerite. Y ahora escribo estas bobadas (no soy capaz de expresar lo que quiero) como excusa para ponerla en el blog.


 
El universo - Luis Eduardo Aute (Auterretratos I, 2003)

CATEGORÍA: Sexo, erotismo y etcéteras

miércoles, 28 de marzo de 2007

Julio Cortázar

Acabé el post anterior refiriéndome a cómo a veces, cosas que ocurren en el presente, desempolvan viejos recuerdos; no recuerdos precisos, sino vagos, del tipo de “esto me suena”. Cuando eso me ocurre, paso un tiempo de duración variable (pueden ser pocos minutos o muchos días) con una sensación incómoda que no desaparece hasta que logro delimitar mínimamente el recuerdo (y con mínimamente quiero decir lo bastante para acallar esa sensación).

Otro ejemplo reciente de esto me sucedió la pasada semana cuando vi por primera vez el anuncio del Seat León, en el que una voz de hombre con una curiosa pronunciación (sobre todo de las erres) conmina al oyente a percatarse de que, cuando te regalan un reloj, te imponen tantas esclavitudes que, en el fondo, eres tú quien está siendo regalado al reloj. Pues nada, al oírlo, me saltó esa alarma de recuerdo impreciso: me sonaba ese texto e incluso, aunque menos, me sonaba esa voz.

Leo en una de las cartas al director de El País del domingo que el texto es de Julio Cortázar y la voz es la suya propia. Claro, me digo. Busco entre mis libros ya casi a tiro hecho y lo localizo con facilidad: se trata del Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj del fantástico Historia de Cronopios y Famas (1962). La mujer que escribió la carta, así como en varios sitios de internet que he consultado (véanse, por ejemplo, los comentarios al video de Youtube), se queja de que ni siquiera se informe al televidente de que se trata de Cortázar leyendo un texto propio. Comparto esa queja: es lamentable que los publicistas fusilen a un autor sin citarlo. La agencia “autora” del spot es Atlético Internacional, de Barcelona y especializada en marketing deportivo (por cierto, su web es una caca que no aporta nada). También da un poquito de pena que la voz y la obra de Cortázar se usen para vender coches; imagino que Seat habrá pagado los pertinentes royaltys pero me cuesta imaginar que el escritor, de estar vivo, hubiera accedido. Naturalmente, los herederos pueden “comercializar” el patrimonio intelectual como les plazca, aunque a los que también somos algo herederos (si bien no patrimonialmente) no nos guste demasiado.

Pero dejemos esos temas. Identificada la voz y el texto del anuncio, los recuerdos de Cortazar (los de mi vida cuando leía, descubriéndolo, a Cortazar) comenzaron a fluir. Por supuesto, el primero se asocia al flash que supuso Rayuela, que calculo haber leído con quince años y mantenerlo como libro fijo en la mesilla por lo menos hasta los veinte. Lo releía, a trozos, al azar, por bloques, entero, multitud de veces. Lo imitaba en escritos de entonces, plagiaba descaradamente algunos párrafos, especialmente el capítulo 7 (que incluso, a mis años, volví a plagiar en uno de los primeros posts de este blog). En esos años de tardía adolescencia (ay de quien me hubiera calificado entonces de adolescente) y primera juventud, digamos que hasta los veintimuchos (calculo que cuando Julio murió, en 1984, seguía siendo mi escritor de culto), creo que me tragué toda la prosa cortazariana de ficción, e incluso algo de la ensayística y poética (más por devoción al autor que por verdadero gusto). Excluyendo la singular incidencia de Rayuela, son sus cuentos los que más me hacían disfrutar, arremolinando su lectura tantas y tan diversas sensaciones y emociones que, identificarlas y describirlas, me exigiría un post excesivamente largo y meditado. Baste decir que, para mí, Cortazar es el mejor cuentista que he leído (sin faltar a Borges, por si algún argentino/a se me ofende; pero bueno, queda en casa).

De hecho, según escribo, pienso que seguramente su prosa mágica ha influido más de lo que soy consciente en la formación de mi gusto. No voy ahora a ahondar en ello, pero intuyo algunos parentescos con uno de mis escritores favoritos, Paul Auster.

En fin, que, pese al deleznable uso mercantilista de su texto (imagino a los pobres cronopios indignados), habrá que agradecer a los de Seat (paradojas siempre) el haberme recordado a Cortazar. Lástima que la mayoría de quienes vean el anuncio no tendrán ni idea y, por lo tanto, no lo aprovecharán; alguno (¿o muchos?) se limitarán a decir que “vaya mierda”, como he visto en un blog mientras buscaba datos sobre el spot. Pero bueno, en esta tarea también he encontrado otras cosas, entre ellas varios videos en los que habla Cortazar. En homenaje al genial escritor (y también para probar a insertar un video en el nuevo blog) aquí va una muestra (por cierto, oyendo lo que dice me entran ganas de escribir un post comentándolo). Hay muchos más en Youtube.


PS: El video que enlazo es un fragmento de una entrevista realizada en 1977 por Joaquín Soler Serrano en el programa de TVE A Fondo que estuvo en antena entre 1976 y 1981. Eran los años de la transición; yo, entonces, no vivía en España, y me los perdí, así como tampoco vi la entrevista. La entrevista concreta, para quien le interese, puede descargarse en tres archivos wmw desde un blog argentino. Gracias a su autor; por cierto el blog parece muy interesante.

ACTUALIZACIÓN (29/03/07): He estado viendo la entrevista completa en los tres archivos bajados de la red. Es fantástica, muy muy recomendable. Con mucha frecuencia daba a la pausa para transcribir algunas frases de Cortázar, cada una con tanta chicha, con tanto para pensar ... Son dos horas de conversación entre dos personas sentadas frente a frente, sin más "atractivo" que oír lo que dicen. El entrevistador, bien informado, pero claramente al servicio del entrevistado; sin caer para nada en los vacuos afanes protagonistas de los actuales. El entrevistado, estupendo, impresionante. ¡Qué pena que ya no haya programas así!

CATEGORÍA: Personas y personajes

martes, 27 de marzo de 2007

Burbujas personales

Cuenta Reich que, durante un paseo, se dedicó a mirar directamente a los ojos a todos aquellos hombres que se cruzaban en su camino. Naturalmente hubo diversas reacciones y, aunque no lo dice explícitamente, me da la impresión de que la mayoría de los tíos eludieron su mirada. Es que mirar directa y mantenidamente a los ojos es interpelar al otro, meterse sin pedir permiso en su espacio privativo. Por eso desconcierta y, al estar desconcertado, el mirado reacciona de las formas más sorprendentes.

Ya sé que, al fin y al cabo, es una convención; pero es una convención bastante arraigada que tiene que ver con los límites psicológicos (culturalmente compartidos) entre lo público y lo privado. Hay un anuncio televisivo reciente (de Catalana de Occidente, una compañía de seguros) en que las personas aparecen caminando dentro de unas burbujas. Pues burbujas parecidas son las que hacemos que nos envuelvan para delimitar nuestro entorno de privacidad. La amplitud de la burbuja se va ajustando según la situación y la confianza con quien interrelacionemos en cada caso. Además (y sobre esto hay varios estudios antropológicos) es variable culturalmente. Por ejemplo, a situaciones iguales, es sabido que la distancia de conversación entre los árabes es bastante inferior a la nuestra; o sea, sus burbujas de privacidad son menores.

En las conversaciones entre dos o más personas se detecta claramente este asunto. Se me ocurre que, para que dos personas mantengan un diálogo fluido y cómodo, la distancia entre ambos tiene que ser tal que ninguno invada la burbuja del otro (no demasiado cerca) pero que entre ambas burbujas tampoco haya muya separación. Como, incluso en un mismo ámbito cultural, las dimensiones de las burbujas no son iguales, es notorio que, al iniciarse toda conversación (pienso en las que ocurren de pie) se producen unos titubeantes movimientos de ajuste de posiciones hasta alcanzar el equilibrio derivado de un pacto “inconsciente” entre los participantes. Sería divertido filmar un número grande de estas situaciones (seguro que ya lo han hecho) y obtener mediciones de las burbujas y los factores que inciden en las mismas. Por supuesto, convendría limitarse a los factores subjetivos y excluir aquellos otros que, por motivos muy poco “psicológicos”, pueden explicar el aumento de las distancias interpersonales (cuán molesta resulta la halitosis).

Las miradas directas son como rayos que atraviesan sin pedir permiso nuestras burbujas y contra las que no cabe, como en los inicios de una conversación, ajustes de tanteo previo. Las dos reacciones que creo más frecuentes son ambas de rechazo a esa entrada descarada en nuestro espacio de privacidad. La primera es eludir la mirada, con lo cual se aparta al invasor de nuestra burbuja (porque el espacio de privacidad sólo es invadido en la medida en que uno reconoce la invasión); es la solución del tímido, pero también la más cómoda, la que evita complicaciones. Otra reacción es enfrentarse agresivamente a la mirada descarada, ya sea con otra mirada directa y huraña, ya sea con gestos o palabras explícitas de reconvención. Hace poco, por ejemplo, me ocurrió que me quedé mirando a un tipo (en realidad, la vista se me “cayó” sobre él, porque estaba algo abstraído; le miraba sin verlo) y se me acercó enfurruñado y me dijo, de malos modos, algo así como que si quería que me regalase una foto suya.

También me parece que se relaciona con esto de los espacios privados (subjetivos) el asunto de los contactos físicos, desde besos, abrazos, apretones de manos, etc. Aquí además aparecen las connotaciones “sexuales”, lo cual distorsiona el análisis. Pero, en todo caso, lo cierto es que muchísima gente se siente incómoda ante saludos que superan límites no explícitos de afectividad. Si que se te acerquen demasiado o que te miren directamente implica “quebrar” nuestra burbuja privada, no digamos si alguien te saluda con un ostentoso abrazo.

Yo diría que mi “burbuja” es grandecita (tampoco exageradamente grande, no vaya usted a creer). Lo digo porque con cierta frecuencia tiendo a separarme un poquito de quienes me hablan “demasiado” cerca, no estoy del todo cómodo en espacios pequeños (ascensores, por ejemplo), evito las miradas directas (como agente y como paciente) y me siento algo incómodo con los contactos físicos. Soy consciente de que ser así es el resultado de una educación y un ambiente cultural determinados, unidos a una cierta torpeza en mi expresión emocional. Incluso me atrevería a decir que ambos factores, mi personalidad y mi educación, se han autoalimentado el uno al otro, reforzándose mutuamente. Además, me doy cuenta de que en ocasiones proyecto hacia los demás, aunque no sea de forma intencionada, avisos sobre el tamaño de mi burbuja que se perciben como señales de rechazo hacia los que amagan con reducirla.

No se crea que estoy encantado de ser así; al contrario, me gustaría sentirme cómodo conversando en distancias cortas o abrazando (y siendo abrazado) a (por) alguien estimado cuando nos encontramos. La experiencia que cuenta Reich, por ejemplo, me produce una sana envidia y, al revés de lo que hace alguno de sus comentaristas, la interpreto como una invitación a abrirse a los demás, en absoluto agredirlos. ¿Por qué no podríamos pasear por las calles propiciando el contacto (y, por ende, la comunicación por muy liviana que sea) con quienes nos cruzamos, mediante “invitaciones” cordiales, bienintencionadas? Sería divertido y, desde luego, enriquecedor. Entre tanto, me contento con pequeñas batallitas personales (con algunas victorias discretas) en un afán de ir suavizando y reduciendo mi burbuja.
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El texto anterior lo escribí ayer; lo inicié con la intención de ponerle un comentario a Reich pero, empecé a enrollarme yo mismo, y ... El caso es que este tema me sonaba a viejas lecturas que no podía identificar. Me he puesto a buscar en internet y ¡eureka! Un libro de Edward T. Hall (La dimensión oculta) publicado en 1966. Compruebo en la web del ISBN que en español lo publicó el Instituto de Estudios de Administración Local (IEAL) en 1973. Este Instituto, ya desaparecido, era en los 70 uno de los pocos que en España publicaba libros de urbanismo y sociología. Todavía conservo varios de su colección Nuevo Urbanismo, comprados y leídos en mis primeros años de universidad (75-76). Entre ellos poseí (aunque ya no lo tengo) el citado de Hall. ¡Más de 30 años! Se dice pronto.

Edward T. Hall es (porque sigue vivo con más de 90 años) un antropólogo estadounidense que estudió el uso y la percepción que el ser humano hace de su espacio físico, acuñando un término específico, Proxémica, para esa disciplina. Algo de lo que leí con menos de veinte años debió de quedárseme en algún rincón polvoriento de mi cerebro hasta ser evocado tras la lectura del post de Reich. Y ahora, aunque vagamente, me acuerdo de discusiones en los primeros talleres de proyectos sobre la aplicación de esas teorías al diseño de los espacios habitables. Hasta ganas me han dado de volver a leer el libro, pero la edición española está agotada; no obstante, para quien le interese, en Internet se encuentran varias webs que resumen los aspectos más importantes de la Proxémica (por cierto, de ese término no me acordaba en absoluto).

CATEGORÍA: Todavía no la he decidido

domingo, 25 de marzo de 2007

Poner archivos de audio en el blog

Me gusta lo de poner una canción en el blog. Siempre que lo hago es porque al escribir me viene a la memoria, sea porque creo que pega con el tema o simplemente que me ha apetecido escucharla. Por eso, la casi totalidad de las canciones que he puesto son mías, subidas directamente desde un CD propio previamente emepetrizado.

Para alojar y enlazar mis canciones empecé usando Castpost, pero a los pocos meses me empezó a dar problemas; de hecho, a la fecha dice que está lleno y que no admite nuevas subidas. Luego descubrí Goear que me gustó más. Pero ya lleva varios días funcionando mal; te deja subir, pero no te da el código HTLM para pegar en el post, con lo cual, aunque podría poner el enlace a la canción, no aparecería el reproductor en la página impidiendo leer mientras se escucha (que es de lo que se trata). Según leo en su página, están cambiando de servidores y a eso imagino que se deben los problemas (además de desactivarse los reproductores del blog). Para publicar el post anterior he pasado un rato buscando otros sitios similares y he probado con Evoca, aunque me parece peor que los anteriores, pero de momento me ha permitido subir la canción.

Me pregunto si tantas dificultades tienen que ver con la obsesión por proteger los copyrights. No lo veo muy lógico, sin embargo, ya que los sitios que había usado hasta ahora permiten subir mp3 y oírlos, pero no te dejan bajarte a tu ordenador el archivo. Es decir que estoy compartiendo con quienes me leen mis canciones (ya he pagado los derechos al comprar el CD), de la misma forma que lo haría si estuvieran tomándose unos vinos en mi casa. Así que no creo, máxime cuando Goear te permite escuchar todas las canciones que almacena aunque ni siquiera estés dado de alta.

Como soy un ignorante en estos menesteres, he investigado un poquillo y he llegado a la conclusión de que lo mejor sería conseguirme cualquier sitio de alojamiento de archivos y colocar, en los post en que quiera, un reproductor de mp3 de los que te permiten enlazar a la url de la canción previamente subida. Ya he encontrado algunas webs donde explican cómo hacerlo, pero eso me requerirá un poquito más de tiempo.

El caso es que estoy un pelín mosqueado con esto de la música. Lo cuento para ver si quienes saben mucho más que yo me ofrecen alguna sugerencia. Gracias anticipadas.

CATEGORÍA: Blogs e Internet

La narración de nuestro pasado

El que controla el pasado, controla el futuro; y el que controla el presente, controla el pasado. Esta frase es de 1984, obra de George Orwell, en la que, recién salidos de la segunda guerra (allá por 1948), el autor británico describía un nuevo "mundo feliz" basado en el absoluto control de los ciudadanos por el Estado (el Gran Hermano).

El corolario elemental de las anteriores premisas es, obviamente, que quien controla el presente, controla el futuro. Y, como propuesta de actuación, resultaría que para controlar el futuro se debe, desde el presente, controlar el pasado. Pero, ¿qué es, en este contexto orwelliano, controlar? Pues lograr que, entre las infinitas posibilidades del devenir, sucedan unas y no otras; es decir, mandar sobre la dinámica de los acontecimientos (de aquéllos relacionados con el objeto del control).

El pasado, sin embargo, ha pasado. ¿Cómo cabe controlar aquello cuya existencia, por acabada, ya no es dinámica, ya no permite otras posibilidades que las que efectivamente fueron? Naturalmente, no se controla el pasado, sino la imagen del mismo en el presente. Lo que se controla, individual y colectivamente, es la "narración" del pasado. Por tanto, para controlar el futuro hemos de controlar cómo nos contamos el pasado. O dando un pasito más: hemos de contarnos el pasado de la forma en que sus efectos resulten más eficaces para que el futuro sea como queremos, para controlarlo.

¿Cómo es posible que nuestra imagen del pasado pueda condicionar tanto el devenir futuro? No me cuestiono sobre la relación causa-efecto del pasado en el futuro, aunque confieso que me fascinan tantas elucubraciones que, desde diversos ámbitos, sugieren quiebras en la idea racionalista de la continuidad y unicidad temporal. Lo que me llama la atención es el que, efectivamente, lo que creamos que ha sido nuestro pasado condiciona (en distintos grados) nuestro futuro. Parece, además, que ese condicionamiento es tanto mayor cuanto el devenir de los acontecimientos más obedece a nuestras propias acciones. Y también es tanto mayor cuanto más interiorizada tengamos nuestra idea de lo que ha sido el pasado (cuanto más seguros estamos de la veracidad de su narración).

Intuyo que la explicación mucho tiene que ver con que la conciencia de nuestra propia identidad sea fundamentalmente narrativa y con que los elementos que forman esa narrativa provengan siempre del pasado. Somos lo que nosotros mismos nos contamos que somos, dando continuidad coherente a nuestra historia personal. En la medida en que actuamos desde lo que somos, cuando el devenir futuro se nos abre en opciones posibles, la que elijamos vendrá muy condicionada por nuestra personal (subjetiva) interpretación de nuestro pasado. Lo relevante pues a la escala individual (y me temo que también a la colectiva) no es tanto el pasado "real" (suponiendo que exista unívocamente) sino cómo nos lo hemos contado.

Al hilo de estos desvaríos, me acuerdo ahora del capítulo de House que emitieron el martes pasado. Un tipo está enamorado hasta el tuétano de una compañera, pero no puede hacérselo ver porque ella va a casarse con su hermano. La represión de tan inmenso amor le produce unos problemas cardíacos de tal magnitud que irremisiblemente va a morir. ¿La solución? Se le aplican unas sesiones de electroskock que le borran sus recuerdos, entre ellos, el de estar enamorado; de esta forma -efectivamente- su corazón se estabiliza y salva la vida. La sorpresa es que la mujer que ama no iba a casarse con su hermano (ni siquiera salían); debido a un problema orgánico (otro distinto que House y sus muchachos no habían detectado) el hombre se había "construido" recuerdos falsos (que los otros se amaban e incluso -imagino- que él estaba enamorado). El caso es que él era lo que era (un hombre enamorado) como resultado de su personal narración de su propio pasado, aunque ese pasado no hubiera existido.

Supongo que en psiquiatría este tipo de disfunciones de la mente entran bajo la rúbrica de la esquizofrenia. Entre paréntesis y a propósito, me atrevo a recomendar un entretenido libro (El hombre que confundió a su mujer con un sombrero) en el que el neurólogo Oliver Sacks cuenta los historiales médicos de pacientes que tienen perdidos o alterados sus recuerdos. Pero, sin llegar al caso de los trastornos diagnosticados clínicamente, podríamos admitir que todos, aunque sea moderadamente, distorsionamos nuestros recuerdos. En cierta forma, reinventar nuestro pasado quizás sea una actividad intrínseca de nuestra conciencia, quizás sea inevitable en el proceso vital de construirnos la propia identidad.

Aunque así fuera, tampoco pasa nada, me parece, mientras nuestro cuento del pasado (propio y ajeno) nos sea funcional. Y a estos efectos, mediré la funcionalidad por el grado de contribución a nuestra felicidad. Claro que, en mi opinión, es recomendable (buena muestra de salud mental) mantener un cierto distanciamiento escéptico entre el pasado subjetivo (el que nos contamos) por muy personal que sea y el que de hecho sucedió. Como de éste, lamentablemente, nunca podremos estar seguros (ya puestos, ni siquiera de su propia existencia), el mejor hábito mental a mi modo de ver sería asumir sin angustias la endeble condición (en términos de veracidad absoluta) de nuestros propios convencimientos (que, por tanto, dejarían de serlo) y, consiguientemente, admitir la posibilidad (también en términos de veracidad) de otros distintos. Se me ocurre que, contra lo que pudiera parecer de forma simplista, asumir una inevitable esquizofrenia intrínseca puede vacunarnos contra sus manifestaciones patológicas.

No estoy proponiendo, desde luego, que renunciemos a narrarnos nuestro pasado (el propio y el que, no siéndolo directamente, también integramos en el cuento personal) al asumir su carácter "ilusorio". Entre otras cosas, porque, de ser posible (que no lo es), ello nos despojaría de nuestra conciencia individual, convirtiéndonos en peleles pasmados o, a lo mejor, en personajes como el Zelig de Woody Allen. Al contrario, narrémonos nuestro pasado en los términos más funcionales posibles; es decir, como medio y requisito para buscar nuestra felicidad.

A lo mejor, en la escala de lo individual, es la búsqueda de la felicidad el criterio que debería guiar nuestra capacidad, desde el presente, de controlar nuestro pasado para controlar nuestro futuro. Aunque yo no usaría, por sus connotaciones, el verbo controlar, dejémoslo estar para enlazar adecuadamente con la frase orwelliana que motiva este post. En todo caso, me vale, como útil metodología de desarrollo personal, una adecuada combinación de escepticismo y búsqueda de nuestra felicidad, en el proceso narrativo de nuestra identidad. Al final, creo que bien dosificados (desde luego, no dispongo de la receta) ambos elementos son imprescindibles para que el futuro nos sea propicio. Porque, a mí al menos, me resultaría muy difícil ser feliz cerrando el paso a tantas dudas para evitar resquicios en las convicciones con las que he construido mi narración personal. Y dudo que, salvo en personas de muy elementales circuitos neuronales, puedan mantenerse esas actitudes íntimas sin que, de una forma u otra, la mente pase factura (normalmente a través de crisis psicológicas).

Y acabo saliéndome brevemente del ámbito de lo individual para apuntar que pienso que mucho de lo aquí dicho tiene aplicación respecto a lo colectivo. E igual que hay comportamientos individuales esquizofrénicos, los hay de grupos sociales; y del mismo modo que es bueno el escepticismo íntimo, también lo es el social, por más que los obispos clamen indignados contra lo que ellos llaman relativismo moral. Así, el pasado colectivo se integra en cada uno de nuestros pasados personales y, por tanto, forma parte de cada una de nuestras identidades individuales (no creo para nada en la llamada identidad colectiva, al menos no como entidad autónoma). Y a este respecto sí que resulta pertinente el verbo controlar de Orwell. Inventemos nuestro pasado para controlar nuestro futuro (por supuesto, el nosotros de la frase no somos todos). Supongo que se intuye por dónde van los tiros, pero enrollarme con ellos sería materia de otro post.



La canción es de David Bowie (del album Diamond Dogs). De todas las suyas no es de mis preferidas (muchas tiene que me encantan), pero se llama 1984 y venía a cuento.

CATEGORÍA: Todavía no la he decidido

jueves, 22 de marzo de 2007

Primer post del nuevo blog

Pues nada, paso de Ya.com a Blogger y a ver cómo va. He estado mirando distintos blogs para ver la empresa que me convencía más. Incluso he leído algunos consejos y tutoriales de los que lo poco que he sacado en claro es que las diferencias entre los distintos servicios son importantes en cosas que simplemente no entiendo y no creo que, de momento, necesite. Así que he probado en dos o tres, atendiendo sobre todo a la facilidad de publicar y a los recursos disponibles (y que uso, que si no me resultan supérfluos). Me gustó la apariencia y el panel de wordpress, pero es muy complicado enlazar archivos de audio y, la verdad, me gusta subir de vez en cuando una cancioncita. Así que, al final, me decidí por Blogger, pese a que ya me han comentado que ha habido problemas recientes con el cambio de versión, pero espero que no me afecten.

En principio, el panel para publicar me parece bastante más cómodo que el de Ya.com, y no funcionan mal las subidas de imágenes y archivos de audio. La apariencia ya la iré trabajando, porque tengo entendido que hay multitud de plantillas. Hay dos cosas con las que me apetecía contar en el nuevo blog y que no parecen estar disponibles en Blogger y son la posibilidad de clasificar las entradas por categorías y la de que en la página principal aparezca sólo un primer párrafo del post, dando la opción al que lo quiera seguir leyendo de pinchar un link e irse a otra página. Se me ha ocurrido resolver ambas carencias mediante la creación de dos blogs vinculados auxiliares, uno a modo de índice de posts clasificados en categorías y otro en el que estarán los artículos completos que vaya publicando. Claro, que esto exige un poquillo más de trabajo al publicar, asegurándose de establecer correctamente los enlaces; imagino que más de una vez me equivocaré. No obstante, de momento (ya veremos si duro) me apetece organizar así esta segunda etapa de la bitácora.

No obstante, el dejar el blog a mi gusto me llevará su tiempo (del que no dispongo). Por ejemplo, esta plantilla no es que me entusiasme, pero no está mal para empezar y hasta que encuentre otra. De otra parte, lo de clasificar los posts no se me antoja tarea fácil, porque tras un repaso rápido a los publicados en Ya.com compruebo que mi grado de dispersión es muy elevado. Surge así un primer problema: encontrar nombres adecuados para cada categoría. Aunque sé que es muy feo, me siento tentado de plagiar (al menos parcialmente) los títulos elegidos por Kotinussa (aprovecho para pedirle permiso), que tienen la enorme ventaja de ser adecuadamente ambiguos para dar cabida a mis erráticos intereses. El segundo problema es dónde clasificar ciertos posts, porque tampoco es cuestión de crear casi tantas categorías como artículos. En fin, ya lo iré meditando a medida que escriba nuevos posts y que vaya repasando los ya escritos (porque también me gustaría que las categorías del nuevo blog clasificaran los artículos publicados en Ya.com).

En resumen, que inicio un nuevo blog simplemente porque el anterior se ha llenado. Es decir, éste es la continuación de aquél, no hay cambios sustantivos, sigo igual de desconcertado y mis desconciertos siguen siendo lo que motiva las chorradas que escribo. Y, por supuesto, la actual presentación es provisional; se agradecerán sugerencias.

CATEGORÍA: Blogs e Internet

miércoles, 21 de marzo de 2007

Niño o niña

En el almuerzo de ayer un amiga nos contaba anécdotas de su “cursillo prematrimonial”. La mayoría divertidas, máxime cuando el conferenciante (un cura) se aventuraba en los procelosos mares de las relaciones sexuales intentando, desde una aparente progresía, la difícil armonía entre el goce permisible y la concepción que, para los católicos, debe seguir siendo la primera finalidad. La contracepción, por lo visto, sólo es válida (y siempre como mal menor) con “métodos naturales”; parece, no obstante, que según el grado de “progresía” de cada cursillista, el concepto “natural” se concreta en un abanico más o menos amplio de opciones. Parece que a la Iglesia le gusta mucho lo natural (aunque según qué cosas) y además es capaz de desarrollar toda una teoría detallada en cuanto al grado de “naturalidad” de determinadas técnicas, tanto contraceptivas como las contrarias. Me vienen ahora en mente los trabes mentales que, hace ya varios años, sufrió mi hermana para recurrir a técnicas de reproducción asistida. En su caso, el máximo admisible fue la inseminación artificial, nunca la estimulación hormonal ni los FIV, ya que congelar embriones (y no digamos que nunca lleguen a implantarse) vendría a ser algo similar a un “aborto anunciado”.

En su cursillo, no obstante, mi amiga aprendió algunas cosas que desconocía (y gracias a ella, ayer yo también). Así, resulta que uno de los paladines de la defensa de la vida humana previa al nacimiento (desde el mismo momento de la fusión del óvulo y el espermatozoide) era un tal doctor Landrum Shettles. Este tipo, del cuál no había oído hablar en mi vida, resulta haber sido uno de los pioneros de la fertilización in vitro, si bien apenas tuvo éxito en sus intentos. Fue un médico e investigador estadounidense (1909-2003) que, por lo que cuentan en las webs que he encontrado, debía estar como una chota (dejémoslo en excéntrico), lo que no obsta para que su vida parezca digna de una película (de hecho, es uno de los protagonistas del documental Test Tube Babies que puede verse en la Red). Pero además, este señor resulta ser famoso por su método para seleccionar el sexo del futuro bebé, que describió a principios de los 70 en su libro “Your baby’s sex. Now you can choose” (está editado en español en 1990).

El método lo desarrolló a partir de los estudios que publicó un tal F. Utenberger en 1932 informando de la incidencia de la acidez de la vagina durante el coito en el sexo del futuro bebé. Este “hecho” (¿lo es científicamente?) requiere la presunción de que hay diferencias relevantes a efectos reproductivos entre los espermatozoides X (“femeninos”) y los Y (“másculinos”); estos últimos serían más pequeños y ligeros que los X y sobrevivirían mejor en un medio alcalino. Como la acidez de la vagina varía a lo largo del ciclo, el momento de la cópula resultaría fundamental para tener un hijo de uno u otro sexo. Mi amiga ya sólo se acordaba de que, según el sexo que se quisiera, había que mantener las relaciones justo durante la ovulación (niño) o unos días antes (niña); despertada mi curiosidad, compruebo que en internet hay varias páginas en las que se explica la mecánica a seguir bastante detalladamente (ésta, por ejemplo). Por supuesto, Shettles no garantizaba la infabilidad de su método, pero sí afirmaba que usándolo correctamente el porcentaje de varones concebidos se situaba en el 80%, y el de hembras en el 70%. No está mal.

He de reconocer que ayer, cuando mi amiga nos contó esta teoría, todos los presentes nos la tomamos a chacota. A mí, que hubiera diferencias físico-químicas significativas entre los espermatozoides sólo por el cromosoma sexual, me parecía absurdo. Sin embargo, en el rato que he estado buscando datos, me encuentro con que la mayoría apuntan a que sí las hay. Me entero por ejemplo de que se han desarrollado diversos métodos para, en una muestra seminal, separar los espermatozoides X de los Y aprovechando tales diferencias físico-químicas. Aunque, en estos momentos disto mucho de conocer y menos entender la naturaleza de estas diferencias, he de reconocer que mis risas burlonas de ayer pudieran haber sido prematuras (ya se sabe: la ignorancia es audaz; o también: esto me pasa por no haber asistido a ningún cursillo prematrimonial). Porque si, efectivamente, tales diferencias existen (están científicamente corroboradas y explicadas) entonces no me cuesta admitir que el momento del coito (el grado de acidez de la vagina) incide en el sexo del posible embrión.

Y lo anterior me lleva a la famosa discusión ética sobre la predeterminación del sexo. Porque, según he oído, la Iglesia “en principio” se opone a que la misma se emplee en las técnicas de reproducción asistida. Entre paréntesis: la predeterminación del sexo sólo es posible en técnicas que la Iglesia no admite, así que, a lo mejor, la oposición no es a decidir el sexo, sino a hacerlo con una técnica éticamente inadmisible; tampoco es que vaya a preocuparme demasiado por la coherencia de la Iglesia; además, puede que esté totalmente equivocado sobre la doctrina al respecto. Pero sea como sea, me suena que uno de los argumentos era contra el hecho en sí de “violentar” la naturaleza tratando de obtener uno u otro sexo. Y ahora me entero de que en los cursillos prematrimoniales católicos se explica cómo hacerlo (al menos, aumentar significativamente las probabilidades) con métodos caseros (eso sí, hay que ser riguroso) y desde luego más baratos.

Es sabido que en muchísimas sociedades se prefieren sobremanera niños a niñas y que, ante la imposibilidad de predeterminar el sexo, hay abundantes abandonos o infanticidios de niñas. De otra parte, he leído que desde que se averigua el sexo durante el embarazo, los abortos selectivos (si el feto es hembra) han aumentado considerablemente. En la India, por ejemplo, el porcentaje de abortos de fetos hembras sobre el total rozaba el 100%, lo que llevó a algunos Estados de ese enorme país a prohibir la determinación del sexo prenatal (no sé si tal norma seguirá en vigor y, en caso afirmativo, dudo mucho de su eficacia real). Si el método Shettles se popularizara (suponiendo que sea eficaz, que tiene sus detractores) sería curioso descubrir que en China y sociedades similares el 80% de los neonatos fueran varones. A ver qué pasaba entonces.

En fin, corto el rollo. Aunque antes de acabar no me resisto a citar otros métodos para tener hijos varones. Son más “tradicionales” (la tendencia a preferir machitos viene desde hace muchos siglos) y no precisamente científicos; pero hay que reconocer que resultan más originales y divertidos. Ahí van: ingerir comidas ácidas, copular con las botas puestas (no sólo morir), colgando los pantalones en la parte derecha de la cama, situándose en el lado derecho, frente al viento del norte o –la mejor de todas- atándose el testículo izquierdo. Y yo que, en su momento, quise tener una niña.

 
Captain Walker - It's a boy - The Who (Tommy Soundtrack, 1975)

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lunes, 19 de marzo de 2007

Ehhhh ... que también nosotros reformamos el Estatuto

En Canarias también se está por reformar el Estatuto de Autonomía. De hecho, el nuevo texto se aprobó el pasado 13 de septiembre y está en el Congreso de los Diputados esperando su turno, aunque no parece haber mucha voluntad de sus señorías (para desesperación de la coalición que nos gobierna) en cuanto a meterle prisa; según creo, llegarán antes las triples elecciones de mayo.

En todo caso, salvo en las intimidades de las guerrillas partidarias, el asunto no parece haber calado demasiado en la opinión pública. Por curioso que parezca, tengo la sensación de que en estas islas hubo bastante más discusión cuando lo del Estatut catalán. Desde hace unos días, el gobierno está llevando a cabo una tímida campaña publicitaria, imagino que para que a la gente se le despierte el interés e incluso alguno se vaya a la página web y lo lea. También puede que de lo que se trate es de “cargar” un posible tema para el próximo debate electoral.

En fin, el Estatuto se ha elaborado sin demasiada alharaca (el truco debe radicar en no decir que Canarias es una nación ni similares proclamas de mucha fuerza emocional pero escaso contenido práctico). De hecho, no está muy clara la necesidad de la reforma, aunque el gobierno aporta en su página web algunos argumentos (se nota que han tenido que exprimirse la cabeza y aún así no les han quedado del todo convincentes). Lo más significativo es conseguir más competencias (como el resto de comunidades) partiendo del “dogma” de que a mayor autogobierno (y menos centralización estatal) más modernidad y progreso (mucho habría que discutir esto y, sobre todo, los intereses ocultos que ampara).

Lamentablemente, en Canarias se habla el castellano, lo que supone un handicap importante para consolidar la “conciencia de identidad” canaria. Porque esto de la “conciencia de identidad” es algo fundamental en estos tiempos y, desde luego, uno de los objetivos básicos de la Comunidad Autónoma, tal como se establece en el artículo 7 del Estatuto propuesto: “El afianzamiento de la conciencia de identidad y de la cultura canaria, a través del conocimiento, conservación, defensa, promoción, investigación y difusión del patrimonio histórico, artístico y paisajístico de Canarias, así como de los valores lingüísticos del pueblo canario en toda su riqueza y variedad”. Por cierto, en el Estatuto vigente no se mencionaba esto de la conciencia de identidad.

Pero aunque en Canarias se hable español, es un español distinto del de la Península (¿del de cuál parte de la península?). Ciertamente hay multitud de palabras que no allí no se usan, algunas de preciosa sonoridad y otras, las menos, que más parecen vulgarismos. Los anuncios institucionales a que me he referido, consisten en una retahíla de estas palabras (podría ser un examen para godos aspirantes a residentes) a la que sigue la siguiente frase: “tenemos otra forma de llamar las cosas, otra forma de comunicarnos”. Entre paréntesis conviene aclarar que muchas de estas palabras no son comunes al habla de todo el archipiélago; hay términos que son sólo canariones o palmeros, e incluso dentro de una misma isla (como es el caso de Tenerife) los del lejano norte tienen algunas que para nada usan los de Santa Cruz.

En fin, que según la publicidad gubernamental los canarios “somos” únicos. Más que discutible afirmación, salvo que admitamos que todos somos únicos, con lo cual el impacto del mensaje pierde casi toda su impronta. Pero, todavía mejor, el nuevo Estatuto nos hará aún más únicos. Especialmente, pienso yo, en el destrozo de la gramática. Aunque, ya puestos, añadiría que también nos hará más óptimos.

Pues nada, que este Estatuto no está desinquietando ni un fisco ni, por muchos voladores que aventen, tampoco parece que vaya a acabar en boncho; vamos que no da siquiera ni para alegar tomando barraquitos con los amigos. Y a mí me parece muy bien, porque no creo que en estos momentos los problemas de Canarias requieran de la reforma estatutaria, pero también es verdad que no vamos a ser menos. Así que, animados desde el poder, contribuyamos todos a afianzar nuestra conciencia colectiva (aunque sea inventándola y, por supuesto, uniformizando las diferencias insulares) que nos haga más únicos (=diferentes) para hacer progresar esta Tierra Única (otro eslogan institucional).

Y los apátridas desenraizados ... ¿dónde acabaremos?

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domingo, 18 de marzo de 2007

Sueldos "éticamente discutibles"

Leo en El País de ayer que el BBVA celebró el viernes en Bilbao su junta de accionistas. Por lo visto dos accionistas subieron al atril del Palacio Euskalduna para pedir el voto contra la aprobación de las remuneraciones, al rechazar por escandalosos los sueldos del presidente y de los consejeros. El señor Francisco González, el presidente, cobra casi 20 millones de euros anuales (salario, bonus variable y aportación al plan de pensiones), unos 3.340 millones de pesetas (yo es que sigo teniendo que traducir). Este señor explicó a sus accionistas que su remuneración "puede parecer" alta e incluso "éticamente discutible" (tiene razón, parece ambas cosas) pero la defendió (nos ha jodido) porque, amén de ser lo normal en otras grandes empresas, se calcula "en función de los resultados, el trabajo y la creación de valor que pueden aportar" (los tan generosamente así retribuidos, se entiende).

No admito el argumento del "trabajo" para explicar estas astronómicas desproporciones salariales. Porque, concediendo que este señor le dé la máxima dedicación en cantidad y calidad al banco, hemos de suponer que, en multitud de otros ámbitos laborales, habrá también muchísimas personas que dediquen la máxima cantidad y calidad de su esfuerzo. Y, sin embargo, la proporción de la remuneración económica por unidad de tiempo de trabajo puede ser de 800 veces más (respecto a un salario anual de 25.000 euros). Para no emplear ejemplos ajenos, confesaré que la relación entre la remuneración anual de este señor y la mía propia (que considero suficiente) es aproximadamente de 400 a 1. He de reconocer que en los últimos meses he decidido no matarme tanto a currar, pero tengo la convicción de que, durante muchos años, he dedicado a mis tareas tanta cantidad y calidad (obviamente en mi ámbito laboral) como puede estar dedicando a las suyas el señor González. Así que podemos convenir que son los resultados y la creación de valor lo que justifica que el trabajo del presidente del BBVA sea cuatrocientas veces superior al mío.

Lamentablemente, tratar de medir la incidencia de los resultados y de la creación de valor en los sueldos de los directivos de grandes empresas (máxime cuando éstas son financieras) resulta una labor complicada y me temo que estéril. De entrada, he de confesar que eso de "creación de valor" me suena a camelo; mucho más honesto me parece hablar de resultados puros y duros, dejémonos de circunloquios. Pues bien, ciertamente, los resultados del BBVA en los tres últimos años muestran un incremento notable (entre el 25 y el 30% de un año a otro). En el 2006 en banco ha tenido unos beneficios de 4.736 millones de euros; así que el sueldo de su presidente apenas es algo superior al 0,4%. Supongo que le habrán subido el sueldo en estos años porque gracias a su gestión (con los demás de la junta) el banco va viento en popa. Si los aumentos son proporcionales al incremento de beneficios, el pobre Don Francisco no debería estar cobrando más de diez millones de euros hace unos tres años.

Pero si el sueldazo del presidente se justifica por su aportación a los resultados, habremos de admitir que también algo deben contribuir los peor pagados trabajos de los empleados. Por supuesto, no tanto; pero es que esas diferencias ya están reflejadas en las proporciones entre el sueldos presidencial y el de cualquier otro empleado del BBVA (cien, doscientas, quinientas veces inferiores). Así que, partiendo de la "justa" desproporción de partida, habría que esperar que los espectaculares incrementos de los beneficios bancarios se reflejaran en proporción parecida en las subidas salariales de los empleados (como seguramente se reflejan en las nóminas del señor González, que las justifica justamente por su aportación a los resultados). No tengo datos al respecto, pero dudo que los empleados del BBVA hayan experimentado incrementos salariales interanuales en torno al 30%. Si efectivamente es como temo, la explicación es que su contribución al crecimiento de los beneficios de la empresa no es tan importante a juicio de la junta directiva (en otras palabras: que no trabajan lo que debieran mientras Paco y sus chicos se matan).

Ya sé que estoy "demagogizando" pero es que hay cosas que no tienen justificación y mucho menos la tienen con argumentos cínicos como los usados. Simplemente hay sectores de la economía que, por cómo está montado el sistema (que no es precisamente ningún modelo ético), presentan tasas de ganancia escandalosas. Y el sistema requiere de ciertas personas para los puestos directivos, a las que se pueden pagar esos sueldos. Y ahora habría que hablar del mercado "libre" (porque no me parece a mí que sea demasiado libre) y demás zarandajas, pero entonces me metería en complicada materia y la dosis soporífera de este post superaría lo aguantable. Sólo decir, como pobre descarga de esta vena demagógica que me ha arrebatado, que soy consciente de para corregir estas injusticias (porque lo son) no hay fórmulas simples.

Así que cambio de rumbo y paso a hacer numeritos, porque me divierten y creo que son ilustrativos para entender de qué estamos hablando. Es lo que tienen las grandes cifras, que no somos capaces de visualizarlas en el plano de lo concreto. Así que supongamos que del salario de don Francisco, no más del 40% llega a sus manos, apenas 8 millones de euros al año. Dividiendo entre las horas que tiene el año, este señor está recibiendo casi mil euros a la hora (incluso mientras duerme). Puede parecer mucho, pero no son sino veinticinco céntimos por segundo (lo que me cuesta un pan). Sugiero un ejercicio mental: imaginemos que en la casa del señor González hubiera un cubo en el que cada dos segundos van cayendo mágicamente monedas de cincuenta céntimos; si la casa tiene (pongamos) 1.000 m2 (unos 3.000 m3), ¿cuánto tiempo se necesita para que las moneditas ya no quepan en la mansión?

Y ya que en este post me he puesto demagógico, sigamos un poquillo más. Teniendo en cuenta que al mes el presidente del BBVA debe recibir algo más de 110 millones de las antiguas pesetas y teniendo en cuenta que apadrinar a un niño ronda los 20 euros mensuales ... ¿Cuántos niños podrían garantizar su supervivencia si don Francisco donara lo que sobra de su sueldo hasta conformarse con "sólo" 30 kilitos (uno al día)? No hagáis los cálculos; la solución es 24.333 niños. ¿Y si don Francisco se quedara con un sueldo parecido al mío y donara todo el excedente? Pues entonces serían 32.000 niños. Curiosa la aritmética, ¿verdad?

Habrá quien piense que lo de este señor no es tan escandaloso si lo comparamos con los deportistas profesionales. Pues están equivocados. No es que vaya a defender los sueldos multimillonarios de esos muchachos, pero (será por mi desconocimiento) en sus casos veo más clara la relación entre la remuneración y el valor económico que aportan a sus empresas. De otra parte, por mucho que estemos de acuerdo en que el deporte como espectáculo de masas sustituye (con todos sus nefandos efectos) la función social del circo romano, si los comparamos en términos de utilidad social, pues ... no sé qué decir (bueno, sí sé). Y finalmente hay que decir que el sueldo de don Francisco González sólo es superado, entre los deportistas españoles, por Fernando Alonso (contando también los ingresos publicitarios) y eso a partir de este año; Gasol está en torno a los once millones de euros, Raúl por los nueve ...

En fin, para acabar enlazo con el título del post que no son sino las palabras del presidente del BBVA al referirse a su sueldo. Efectivamente, como él mismo reconoce, esa remuneración parece "éticamente discutible". Y si es discutible pues no estaría nada mal que se discutiese. Parece ser que el señor González se muestra dispuesto a explicar su sueldo ... A ver si es verdad, aunque como no soy accionista del BBVA no me lo hará a mí. Eso sí, don Francisco insiste en que los sueldos eran legales. Ya supongo, ya ... Eso es lo malo.




No conocíá esta versión del clásico de los Dire Straits, ni tampoco a la cantante, una brasilera que versiona estupendamente muchísimas de las canciones que me gustan. Danni Carlos se llama (el domigo se me acaba habiendo descubierto algo agradable).

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viernes, 16 de marzo de 2007

La presencia equilibrada de hombres y mujeres

El Pleno del Congreso de los diputados, en su sesión de ayer 15 de marzo de 2007, aprobó la Ley Orgánica para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Previamente a la votación, hubo las intervenciones sucesivas de las representantes (todas fueron mujeres) de los partidos políticos para hacer su valoración sobre la Ley y justificar su voto (se pueden leer los discursos en el Diario de Sesiones del Congreso, disponible en la Red; me ha sorprendido muy gratamente la rapidez con que lo cuelgan). La Ley se aprobó con 192 votos a favor y 119 abstenciones (el PP). Según dice la prensa, el resultado de la votación fue acogido por una gran ovación de los parlamentarios y de representantes de asociaciones de mujeres, que siguieron el debate en el Hemiciclo. A las puertas del Congreso se había congregado un grupo de mujeres entusiasmadas que aclamó a Zapatero gritando "Te-que-remos, Za-pa-tero" e "Ista-ista-ista, España feminista". Probablemente, la Ley entre en vigor este próximo lunes.

Esta Ley, como todas, ha llevado un largo trámite. El Anteproyecto lo redacta el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en mayo de 2004 pero no es aprobado por el Consejo de Ministros hasta el 3 de marzo de 2006. Ya como Proyecto, y habiendo recibido Dictámen del Consejo Económico y Social, empieza su tramitación en el Congreso el 8 de septiembre de 2006. Si consideramos se han producido enmiendas, trabajos de la Ponencia, dictamen de la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales, Sesión Plenaria (el 21 de diciembre pasado) para debatir el texto resultado de los trabajos, tramitación más o menos equivalente en el Senado (a partir del 21 de febrero), culminando con su aprobación el 14 de marzo para volver a ser remitido al Congreso ... pues hay que concluir que parece un record de eficacia en la productividad de nuestros "hacedores de leyes", que contrasta con el tiempo requerido por el Gobierno: casi dos años para aprobar el anteproyecto frente a los 6 meses de completo trámite parlamentario.

Bien es verdad que no pueden considerarse significativas las diferencias entre el Proyecto de Ley (redactado por el Gobierno) y la Ley finalmente aprobada tras su paso por ambas cámaras. En la "producción" de esta Ley, como en la de casi todas, se pone bastante de manifiesto la escasa capacidad del Parlamento en su papel de legislador (se supone que es el poder legislativo). Las enmiendas se proponen, aceptan y/o rechazan en la mayoría de los casos más como resultado de intereses políticos partidarios (con frecuencia ajenos al contenido de la legislación que se discute). Los debates (es instructivo leerlos) se centran en aprovechar la cuestión (a veces cogiendo el rábano por las hojas) para atacar al adversario y, por eso, están plagados de demagogia de cara a la galería más que de rigor en los razonamientos. Pero, en fin, así están las cosas; sus señorías no hacen sino escenificar una farsa ajena a lo que preocupa a los ciudadanos, pero muy atentos a la repercusión de sus palabras y actitudes en las intenciones de votos (que permanecer en el poder sí les importa). Honestamente, no creo que ninguno de los partidos políticos quede en su conjunto a salvo de esta forma de hacer política, de esta forma interesada y demagógica de legislar.

A lo que voy, que me he leído la Ley a ver si es verdad que estamos -como no se cansaban de repetir muchas parlamentarias- ante un hito histórico que marca un antes y un después en la discriminación sexual (o por razones de género, si se prefiere). Soy -vaya por delante- bastante escéptico en cuanto a que la promulgación de normas jurídicas produzca, por sí sola, cambios significativos, especialmente en el terreno de los valores, las ideas, los comportamientos. Aún así, está claro que es necesario en muchas ocasiones legislar, sobre todo disposiciones operativas, con aplicación fácil y precisa. Desconfío mucho de las normas que abundan en declaraciones bienintencionadas pero ambiguas, cuya eficacia queda normalmente supeditada a los intereses coyunturales de cada momento, ocurriendo con frecuencia que los gobernantes se ocupan de desvirtuar su sentido inicial; así, no sólo la ley se convierte en papel mojado, sino -lo que es casi más grave- se propicia un desprestigio social generalizado de la normativa (y, por ende, de las reglas de juego democráticas). Este fenómeno, en mi materia profesional y en mi entorno geográfico, está más que asentado.

La Ley parte de reconocer que "la igualdad plena, efectiva, entre mujeres y hombres, ... es todavía hoy una tarea pendiente que precisa de nuevos instrumentos jurídicos". Por eso -sigue diciendo el Preámbulo- "resulta necesaria, en efecto, una acción normativa dirigida a combatir todas las manifestaciones aún subsistentes de discriminación, directa o indirecta, por razón de sexo y a promover la igualdad real entre mujeres y hombres, con remoción de los obstáculos y estereotipos sociales que impiden alcanzarla". En el texto dispositivo de la Ley (78 artículos) predominan los preceptos genéricos, aunque también hay algunos muy concretos; dicha concreción alcanza su mayor grado en las disposiciones adicionales, ya que introducen numerosos cambios en muy diversas normas vigentes. Imagino, aunque no conozco la normativa vigente en esta materia ya que no me afecta, que los cambios prácticos más significativos serán los relativos a la protección de la maternidad. Pero ahora me interesa hablar de otro aspecto.

Uno de los principios generales de la Ley es el de la participación equilibrada de mujeres y hombres en la toma de decisiones; repasemos las disposiciones en este sentido. Con carácter genérico, se declara en el artículo 14 como un criterio de actuación de los Poderes Públicos. En el artículo 16 se dice que "los Poderes Públicos procurarán atender al principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en los nombramientos y designaciones de los cargos de responsabilidad que les correspondan"; ¿cómo que "procurarán"? En el artículo 34.2 se establece la posibilidad (no obligatoriedad) de dar preferencia en la adjudicación de contratos públicos (en caso de igualdad en otros factores a valorar) a las empresas que mejor cumplan los criterios de la política de igualdad; esta disposición me sugiere tantas dudas respecto a cómo será aplicada que me echo a temblar. También al decidir el otorgamiento de subvenciones públicas podrán tenerse en cuenta similares criterios (artículo 35). En el artículo 43 se dice que en las negociaciones colectivas se podrán (otra vez: ¿es que antes no se podía?) establecer medidas de acción positiva para favorecer el acceso de las mujeres al empleo; y digo yo que, en algunos casos, las medidas positivas deberían ser para el acceso del hombre. Las empresas grandes (más de 250 empleados) vienen obligadas a elaborar unos llamados "planes de igualdad" para establecer medidas a fin de evitar las discriminaciones; sin embargo no se las obliga a que haya "presencia equilibrada" de ambos sexos. La presencia equilibrada consiste en que, en un determinado colectivo, ningún sexo supere el 60% del total. La obligación de cumplirla, se limita a la Administración General del Estado (aunque es de suponer que dentro de nada lo será también en las restantes administraciones públicas), aunque la Ley no detalla cómo ha de hacerse; en todo caso, hemos de suponer que sólo vale para los nombramientos a dedo, ya que no creo que en unas oposiciones se "corrijan" los resultados para lograr el 60-40.

De este repaso, mi conclusión es que en lo de la presencia equilibrada, la Ley es más declarativa que precisa y, lo que más me preocupa, ambigua. Tampoco puede decirse, como afirmó Zapatero, que sea "valiente", ya que elude imponer y prefiere usar verbos como poder, procurar, etc. Imagino que antes de la Ley, en la mayoría de los aspectos a que se refieren estos preceptos, ya se podía hacer lo que ahora se dice que se puede. De otra parte, llama la atención que no se planteen medidas similares (por muy declarativas que fuesen) en el ámbito laboral privado; ¿es que acaso el Estado sólo está legitimado a regular la Administración? Y no quiero decir que me parezca buena o conveniente "per se" la presencia equilibrada obligatoria de hombres y mujeres. En este asunto (como en tantísimos otros) no lo tengo claro. Lo que digo es que el principio se da por bueno casi a título de dogma de fe innegable, pero luego se evita concretarlo. Ya veremos cómo se aplica en la práctica, pero de avanzarse en ese sentido no pienso que será por la Ley, sino por que vayan cambiando de verdad muchas actitudes.

Sí hay, sin embargo, una medida específica que ha sido muy debatida y es la que obliga (mediante modificación de la Ley Electoral) a que todas las listas hayan de tener una composición equilibrada de hombres y mujeres y ese equilibrio ha de respetarse ordenadamente; es decir, no vale que en una lista de diez candidatos los seis primeros sean de un sexo y del otro los cuatro restantes. Esta norma me consta que va a traer problemas a algunas formaciones políticas que conozco de cara a los próximos comicios.

Como he dicho antes, no tengo muy claro que lo de la presencia equilibrada de hombres y mujeres haya de ser un principio social. Me inclino más a aceptarla como un "criterio coyuntural", variable, por tanto, según la realidad social de cada momento. Puede que convenga ahora fomentar la mayor participación de la mujer en la toma de decisiones, pero no veo demasiado las ventajas de la obligatoriedad. De otra parte, me preocupan algunas consecuencias posibles de la generalización de este principio. Aunque, repito, no tengo las ideas nada claras.

Lo que, en cambio, tengo más claro es que este tema se presta estupendamente a simplificaciones demagógicas e incluso me atrevería a decir que la propia promulgación de la Ley es un ejemplo de esto. Por supuesto que estoy convencido de que cualquier discriminación injusta es repugnante (y la mujer es normalmente bastante más discriminada que el hombre), pero las cosas son más complicadas y están enraizadas en estratos más profundos de la psique colectiva. A mí me parece que sería muy bueno para la sociedad en su conjunto una mayor "femenización" de los valores, de las actitudes. Puede que la mayor participación numérica de la mujer en la "toma de decisiones" contribuya a ello; pero puede también que ese incremento numérico se produzca con las mujeres que mejor asuman los valores sociales predominantes (masculinos). De hecho, algo de eso hay (compárense los porcentajes de cargos femeninos importantes en los distintos partidos y los "perfiles" de esas mujeres). Pero, desde luego, el cambio en los valores de una sociedad es un proceso muy lento, poco influido por "leyes históricas".

Esta señora es Clara Campoamor (1888-1972), considerada una de las primeras defensoras de los derechos femeninos en España, diputada en el primer Parlamento republicano y defensora de que la nueva Constitución reconociese el derecho al voto femenino. La diputada del PSOE que defendió ayer la nueva Ley (así como Zapatero) se llenaron la boca reivindicando su figura, aunque no estaría de más recordar que en los turbulentos años republicanos la Campoamor no era precisamente santo de la devoción de los socialistas. Indalecio Prieto se opuso a que se reconociese el sufragio femenino; si bien es verdad que los socialistas seguidores de Largo Caballero la apoyaron (aunque entre Prieto y Largo, no creo que haya dudas sobre cuál tradición del PSOE prefiere Zapatero).

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lunes, 12 de marzo de 2007

Contando manifestantes

A mi modo de ver, Internet es potencialmente un recurso poderosísimo para el fomento de la libertad y del conocimiento. Naturalmente, esa potencialidad hay que querer aprovecharla y también hay que saberlo hacer, lo que exige tener despierto el espíritu crítico. Pero pese a sus riesgos, estoy totalmente convencido de que está revolucionando desde la base uno de los tradicionales mecanismos del poder: el control de la información. Sobre todo, en los últimos años, con la aparición de miles de personas que “van por libre” (por ejemplo, los propios bloggers) y se dedican a dar sus opiniones, decir lo que saben, lo que ven, poner en cuestión los mensajes estereotipados oficiales, etc. A riesgo de parecer un ingenuo optimista, me declaro entusiasmado con la inmensidad del archivo vivo que significa la red.

Hace un rato, por ejemplo, he descubierto el blog del manifestómetro, que se dedica justamente a “medir” la cantidad de gente que va a las manifestaciones. según cuentan en uno de sus primeros posts, la idea les surgió a raíz de un artículo en Wired en el que, hablando acerca del periodismo ciudadano, se afirmaba que “los profesionales tienen algo de lo que carecen la mayoría de los amateurs: recursos. Sin embargo, en opinión del promotor de la iniciativa, “cualquiera que de repente sienta una inquietud especial por cubrir un evento tiene a su disposición una enorme base de datos para documentarse, un archivo de imágenes, un archivo de vídeos y un sistema de edición y publicación”. Sólo harían falta ganas (y tiempo, añadiría yo). Y ganas tenían porque montaron el blog y se vienen dedicando, desde la manifestación contra la LOE de noviembre de 2005, a calcular asistentes a cada manifestación, documentando ampliamente cómo lo hacen.

De la lectura del blog uno se lleva la impresión de que los autores (cinco personas, cada una con su propio blog) son unos irreverentes poco afines a las posturas del PP y probablemente contaminados por ese pernicioso relativismo, hace poco tan acertadamente denunciado por los obispos como una de las causas que nos está abocando a la crispación guerracivilista. Aclaro esto, para que se vea que me he percatado de que no cabe esperar objetividad de sus cálculos. Sin embargo, poco a poco, pese a descalificaciones diversas de quienes no se han molestado en desmontar sus métodos o hipótesis de cálculo, el manifestómetro ha venido a convertirse en una de las referencias más fiables, citado incluso por los “mass media” tradicionales. Y simplemente, por echarle ganas y el suficiente rigor.

Seguramente, cualquiera más avezado que yo en Internet conocerá desde hace tiempo la existencia de esta web. Vaya en mi defensa que en estos últimos tiempos, en parte por el predominio en mi vida de otras preocupaciones y en parte por la necesaria búsqueda de la paz mental, evitaba indagar demasiado en las miserias de nuestra política patria. Pero en fin, todo llega (lo bueno y lo malo) y así, interesándome por los últimos acontecimientos, he caído irremisiblemente en este interesante blog monográfico.

¿Y cuántas personas asistieron a la mani del sábado en Madrid según estos muchachos? Pues entre 240 y 320.000 personas, que es el resultado de multiplicar por 3 o por 4 los 80.000 m2 del área ocupada alrededor de las 7 de la tarde. Sin embargo, la Comunidad Autónoma de Madrid estima que asistieron 2.125.000 personas y se refiere a un área ocupado de 400.000 m2 (cinco veces más que la de los chicos del Manifestómetro). Bueno, 400.000 m2 es una pasada. Cualquiera que tenga el Google Earth puede jugar a delimitar un área sobre la foto aérea de Madrid hasta alcanzar esa superficie. Me he entretenido un rato midiendo yo mismo el área ocupada por la manifestación según la delimitación sobre foto aérea aportada por el Manifestómetro y puedo confirmar que, con un margen de error más que razonable, su medición es correcta (a mí me da 82.800 m2). Para que el área ocupada fuera de 400.000 m2 como sostiene la Comunidad de Madrid, tendría que haber estado llena toda la superficie de La Castellana en dirección norte hasta la Plaza de Castilla (además de la que ya estaba ocupada). Cualquiera que conozca Madrid se dará cuenta de que la medición de la CAM es algo exageradilla.

Pero además la CAM se pasa otros tantos pueblos al aplicar densidades. Porque 2.125.000 personas en 400.000 m2 equivale a 5,3 personas por m2, cuando está más que aceptado que es dificil alcanzar densidades de 4 personas/m2 por muy apretados que vayan los manifestantes. A este respecto son muy ilustrativos los cálculos de densidad que hace Alex que, para el partido del Barcelona-Madrid del sábado estima la densidad de las gradas de un estadio hasta los topes en 2,6157 personas/m2.

Por supuesto que la CAM no explica en absoluto cómo ha calculado la cifra que aporta; no muestra el área ocupada por la mani ni justifica sus hipótesis de densidad. Total, qué más dan las cifras (será que somos todos de letras). El PP todavía se permite corregir al alza a su eximia Espe y sube el número de asistentes a dos millones y medio (tampoco aclara sus cálculos). Uno se pregunta a qué conducen estas hipérboles y se teme que ponerlas de manifiesto sólo vale para ser insultado o descalificado por atender a “detalles” carentes de importancia ante la magnitud histórica del “movimiento cívico por la libertad y contra ETA (que) ha vuelto a batir un récord de convocatoria, en la primera gran manifestación convocada por el PP”. (Libertad Digital).

Como jocosamente comentan en el Manifestómetro, en este país lo que gusta es fardar de quién la tiene más grande. Pues vale. Por cierto, la manifestación del 13 de enero (a la que no se sumó el PP) congregó entre 111.000 y 148.000 personas, según el mismo Manifestómetro. Así que, en honor a la verdad, justo es decir que la del sábado tuvo algo más del doble de participación, pero no casi veinte veces más.

Y para acabar me pregunto, ¿no se puede ser mínimamente objetivo en algo en que es tan fácil serlo?
 
Libertad sin ira - Jarcha (Libertad sin Ira, 1976)

PS: Enlazo esta canción que fue la que hizo sonar el PP en la manifestación porque me gusta y porque no entiendo a cuento de qué vienen ahora a patrimonializársela. ¿Va a ser verdad que son ellos los que están renunciando al discurso de la ira para buscar la libertad?

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Iñaki de Juana Chaos

Advierto que este post es un tremendo coñazo. A raíz de la polémica suscitada por la excarcelación de De Juana Chaos, del continuado y progresivo calentamiento del clima social y político (y especialmente tras la manifestación del sábado en Madrid), llevo varias horas buceando en la red, recopilando datos, leyendo opiniones y, en fin, tratando de formarme una opinión que vaya algo más allá de la visceralidad. Porque en este asunto, como en muchos otros de la actual vida política española, reconozco mi desconcierto y mi preocupación. Así que me pongo a escribir para aclararme. Y me temo que seguiré escribiendo sobre el tema (no he hecho más que empezar); otra cosa será que lo publique en este blog que no debería derivar mucho por estos cauces tan desagradables.

La Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Madrid VI (Penal de Aranjuez) se reúne el 28 de febrero. La componen 8 profesionales (el director del centro, uno de sus subdirectores, un jurista, un psicólogo, un trabajador social, un educador, un funcionario responsable de vigilancia y un médico). La primera cuestión que se planteó la Junta era la de clasificar a De Juana en segundo grado. Por tanto, hasta ese momento, el etarra estaba clasificado en primer grado lo que, según el Reglamento Penitenciario, corresponde a los internos calificados de peligrosidad extrema o inadaptación manifiesta y grave a las normas generales de convivencia ordenada. La Junta decidió por unanimidad la clasificación del segundo grado. Esto no me parece para nada extraño. Según he leído en alguna web, ni siquiera el PP estaba en contra del segundo grado que, al fin y al cabo, es la clasificación por defecto de cualquier recluso.

La discusión entre los miembro de la Junta parece ser que surgió en cuanto a aplicar a De Juana el segundo párrafo del artículo 100 del RP, cuyo texto reza así: "No obstante, con el fin de hacer el sistema más flexible, el Equipo Técnico podrá proponer a la Junta de Tratamiento que, respecto de cada penado, se adopte un modelo de ejecución en el que puedan combinarse aspectos característicos de cada uno de los mencionados grados, siempre y cuando dicha medida se fundamente en un programa específico de tratamiento que de otra forma no pueda ser ejecutado. Esta medida excepcional necesitará de la ulterior aprobación del Juez de Vigilancia correspondiente, sin perjuicio de su inmediata ejecutividad". Según he leído en ya.com, la aplicación de esta "flexibilización" del segundo grado exigió una segunda votación de la que resultó un empate a 4, ganando el sí por el voto de calidad del director del centro.

Por cierto, el "programa específico" que propuso la Junta (y que creo que es el que efectivamente se ha puesto en marcha) consiste en lo siguiente: "Para favorecer el tratamiento médico recuperador y los controles sanitarios precisos, el interno, una vez cause alta en el centro hospitalario, para continuar con tratamiento ambulatorio u otras medidas de seguimiento de la evolución de su estado de salud, se verá eximido de pernoctar en el establecimiento penitenciario, una vez se hayan aplicado los dispositivos de seguimiento telemático. Su efectiva aplicación vendrá condicionada a la expresa aceptación por parte del penado de los siguientes controles:
- Mientras permanezca en el centro hospitalario, será controlado a diario por los servicios médicos del centro penitenciario de destino, que remitirán informe con la misma periodicidad a esta Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Además, por los Servicios Sociales se establecerán las medidas de coordinación con los servicios homólogos del centro hospitalario para completar su seguimiento. También se realizarán los controles de seguridad que se consideren adecuados.
- Después de causar alta, permanecerá en su domicilio, con el horario que se determine, con seguimiento telemático continuado. Las salidas del mismo, para asistir a consulta o ingreso hospitalario o para el desarrollo de actividades terapéuticas, deberán ser previamente autorizadas por las unidades competentes del establecimiento penitenciario de destino
- Los informes médicos que se enviarán a la Dirección General, una vez la evolución del tratamiento permita el control en su domicilio, tendrán carácter semanal.
- Conforme evolucione su estado de salud, se podrán imponer otras medidas de control y seguridad".

La única competencia para aplicar a un preso el segundo grado la tiene la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, que la ejerce mediante la emisión de la correspondiente Resolución. Sin perjuicio de ello, cuando este departamento resuelve aplicar a un preso las medidas del artículo 100.2 RP, la decisión ha de ser comunicada al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria para que la apruebe. Estrictamente, como queda perfectamente claro en el Auto de ese Juzgado, el Juez lo que hace al aprobar la Resolución es, sobre todo, verificar la adecuación a Derecho de la misma.

La propuesta de clasificar al etarra en el segundo grado fue comunicada al Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, que da traslado de la misma al Ministerio Fiscal, que emite informe favorable. El Juez del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, dictó el 1 de marzo Auto por el que la aprueba. Me parece interesante transcribir los párrafos finales de los razonamientos jurídicos del Auto:

"Por tanto solo cabe concluir que la clasificación acordada en segundo grado con aplicación del artículo 100.2 del RP cumple plenamente los presupuestos contenidos en la legislación penitenciaria, valorándose en el presente caso por el juzgador el estricto cumplimiento de la legalidad vigente, más allá de cualquier merecimiento subjetivo que exigen otras figuras jurídicas penitenciarias y que en el momento actual supondrían en el caso que nos ocupa su desestimación de pleno; y todo ello con independencia de la persona en quien se concreta, incluso de su participación activa o no en la situación objetiva que provoca la aplicación de los citados principios. Ya que no debe obviarse que el Estado de Derecho no puede renunciar a la aplicación de disposiciones legales que encuentren su fundamento en los principios de humanidad y en el respeto pleno al derecho a la vida, incluso en aquellos que no respetaron la de otros; ello supone la auténtica grandeza del Estado de Derecho y sin duda una conquista de nuestra civilización.

Consiguientemente, sin perjuicio del enorme rechazo social y jurídico que merecen determinados comportamientos, la aplicación al presente caso de las anteriores consideraciones supone la salvaguarda de un principio de humanidad que deriva del cumplimiento de las previsiones contenidas en la propia legislación penitenciaria y que determina la superioridad ética del Estado de Derecho y la asimetría moral entre quien resulta condenado y los ciudadanos observantes de las leyes".

El mismo día del Auto judicial, el 1 de marzo, Rubalcaba comparece en rueda de prensa para anunciar que, aunque la decisión "formalmente" corresponde a Instituciones Penitenciarias, ha sido él personalmente quien ha la adoptado. Sin embargo, el Auto judicial, en su parte dispositiva, acuerda aprobar la propuesta de modelo de ejecución efectuada por la Junta de Tratamiento del Penal de Aranjuez y ratificada por Resolución de fecha de 28 de febrero de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Es decir, por mucho que Rubalcaba asuma personalmente la decisión (y luego todo el gobierno), ésta ya estaba tomada.

Se me ocurre que la explicación es que Rubalcaba estaba reconociendo que, sin perjuicio de que se hubieran cumplido todos los trámites formales (propuesta de la Junta y Resolución de la Directora General), había sido él quien había hecho que se cumplieran los mismos en el sentido que había decidido. Parece razonable, sobre todo al ver lo rápido que se resolvieron dichos trámites (en dos días). Es decir, imagino que Rubalcaba (de acuerdo con el resto del Gobierno) le diría a Mercedes Gallizo (la directora general) que ordenara al director de Aranjuez que convocara la Junta de Tratamiento rápidamente; ésta hizo su propuesta y Gallizo su Resolución. Que el Juez fuera también tan eficiente y concordara con la posición gubernamental no creo que se debiera a presiones (al menos, él dice que no las ha tenido), aunque me parece evidente que los papeles se habían ido preparando desde días antes.

En todo caso es significativo que el ministro asumiera como propia la decisión, máxime cuando ahora se sacan a colación las "excarcelaciones" llevadas a cabo durante los gobiernos de Aznar. Los del PP se escandalizan ante estas comparaciones y argumentan que los terroristas excarcelados lo fueron por decisión del juez de Vigilancia Penitenciaria en la mayor parte de los casos o por iniciativa de Instituciones Penitenciarias a causa de enfermedad; pero esas no son decisiones que partan del Gobierno, aunque el Ejecutivo sea responsable último de las mismas Es decir, que la "gran" diferencia entre el caso actual y los anteriores es que aquí la iniciativa ha sido del gobierno (cediendo ante el chantaje de ETA), mientras que en los habidos durante el PP, el gobierno simplemente dejaba funcionar, sin interferir, a la administración penitenciaria. Me pregunto si es creíble que el correspondiente Director General de turno firmara la Resolución por la que excarcelaba a Iñaki Bilbao Goicoechea (quien dos años después asesinaría al concejal socialista de Orio, Juan Priede), notoriamente conocido por su chulería, agresividad y actitud reivindicatoria del terrorismo, sin siquiera preguntarle al ministro (Mayor Oreja); y si es creíble que en este, como en varios otros casos, Mayor Oreja no lo comentara con Acebes o con Rajoy, que formaban parte del Gobierno. La verdad es que cuesta creerlo, pero tampoco puedo ahora ir más allá en mis convicciones porque carezco de datos (y ya bastante me está costando aclararme con el puñetero de De Juana).

Manteniéndome por tanto en el plano de las probabilidades, me da la impresión de que la gran diferencia entre ambas etapas es que entonces no había una oposición dispuesta a saltar a degüello ante este tipo de decisiones. Porque intuyo que si cuando se excarceló a Bilbao, hubiéramos estado en la situación actual (gobierno ZP), por más que las cosas hubiesen sido como dice el PP (decisiones administrativas penitenciarias), Rajoy se habría lanzado a una crítica igual de feroz que la que está llevando a cabo. O dicho al revés, ¿alguien puede creerse que si la excarcelación de De Juana hubiera sido a iniciativa de la administración penitenciaria el PP se habría quedado tan tranquilo ante la "no interferencia" del gobierno? Por eso, que el gobierno actual asuma como propia la decisión me parece (esté o no de acuerdo con la misma), bastante más honesto y valiente que si se hubiera escudado en "trámites normales de la administración penitenciaria".

Creo que ese es el mensaje que el Gobierno pretendía dar (y que no ha logrado transmitir). No voy a decir que haya asumido la decisión por honestidad porque me temo que era consciente de que, una vez que decidió adoptarla, el PP no le iba a permitir escudarse en tan burdas añagazas como las que ellos invocan a posteriori. Así que lo más probable es que ZP y sus muchachos hayan hecho de la necesidad virtud. Pero, en este aspecto, al menos, prefiero que sea así. Y que el PP condene el que el gobierno haya tomado la decisión (más incluso que la decisión en sí, a eso ya iré luego) me parece una vergonzosa muestra de hipocresía; y me lo parece mucho más después de enterarme de las justificaciones con que excusan sus actuaciones similares cuando gobernaban.

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domingo, 11 de marzo de 2007

Ludovico (presentación)

Ludovico tiene fobia a las vaginas. Una fobia tremenda, incontrolable. ¿Que qué es eso de fobia a las vaginas? Pues que no las soporta, que no puede ni verlas y mucho menos olerlas, tocarlas (o sentirse tocado por ellas). Bueno, y no digamos gustarlas, saborearlas, lamerlas ... Ya sólo pensar en una vagina le crea una sensación indefinible de malestar general, amagos de mareo, nerviosismo. Pero bueno, le es fácil evitar estos síntomas porque Ludovico rechaza de forma casi automática cualquier atisbo de pensamiento que enlace con el objeto de su peculiar fobia. Claro que a veces, con demasiada frecuencia para su gusto, lo escucha en conversaciones con amigos. Ciertamente, en casi todas las ocasiones, con otros nombres que todavía agreden más la sensibilidad de Ludovico. Porque el término vagina, con esa sonoridad más bien neutra pese a la aspereza de la sílaba intermedia, le resultaba, dentro de lo que cabe, aceptable. Pero oír coños, almejas, rajas, chochos (o chuchas o conchas como dicen sus compañeros sudamericanos) y demás vulgaridades le ponen de los nervios, seguramente por la descarga visual que producen. Cuando esto ocurre, Ludovico salta como un poseso, reclamando airado el silencio, hasta el punto de haberse ganado fama entre quienes le tratan de persona puritana y extremadamente puntillosa en asuntos de sexo.

Nada más lejos de la realidad, sin embargo. Porque Ludovico, si no un obseso, es desde luego una persona de gran sexualidad, un hombre muy erotizado. Desde muy joven Ludovico se descubrió como una persona de fuertes impulsos sexuales, y todavía ahora, en torno a los cuarenta (año más o menos), la atracción por las mujeres se mantiene intacta. Y no es una pulsión tranquila, sino manifestada en oleadas violentas de deseo, un día sí y otro también, y varias veces cada día. Vamos, que el depósito de la lujuria lo tiene a rebosar, presto a inflamarse ante la chispa de cualquier hembra (porque casi todas, dice Ludovico, están buenísimas).

Le gustan pues las mujeres, y mucho. Ahora, le gustan por piezas. Quiero decir que el objeto de su arrebatado deseo no es un cuerpo femenino en su conjunto, sino partes concretas. Su excitación reside en cada una de estas partes en sí mismas, descontextualizadas de las otras. Una mujer es para él una colección andante de excitadores de su sexualidad y el que estén ensamblados entre sí en un determinado orden le resulta casi del todo indiferente. Me contó una vez que era como si pudiera atribuir a cada parte de un cuerpo una nota, expresada en unidades de excitación sexual que le provocaba. La "nota" de una hembra concreta era, por tanto, la suma exacta de las notas de sus partes. Por ejemplo, si unas tetas le ponían a cien, su excitación no variaba (ni para más ni para menos) por la relación que tuvieran con la cintura de su propietaria.

Conviene aclarar que esta enfermiza (porque no me cabe duda de que se trata de una patología) sexualidad de Ludovico no se extiende a otros aspectos de sus relaciones con las mujeres. En concreto, él ve a una mujer como un ser humano en su integridad, en su conjunto. Aprecia global e interrelacionadamente todas las características de su personalidad, incluyendo las estéticas. Y las emociones que ante una mujer siente (especialmente el enamoramiento) dependen de esa percepción de conjunto. La excepción es la atracción sexual.

He calificado de patológica esta sexualidad y he ahora de decir que el propio Ludovico así lo admite. De hecho, ha consultado su caso con varios psicólogos y psiquiatras, buscando terapias que corrijan su anormalidad. Pero poco ha avanzado. Piensa Ludovico que su excitabilidad está totalmente divorciada del resto de sus reacciones emocionales, como si fuera algo aparte. Es más, no funcionan bien simultáneamente. Por eso, cuando Ludovico, siguiendo los consejos de algún terapeuta, ha procurado "combinar" en una relación sexual el sentimiento amoroso y la lujuria, una de las dos se resentía. No es que no pueda tener sexo con una mujer a la que ama, pero cuando está follando no la está amando, no está embargado por esos sentimientos arrobados y tiernos. Y cuando el amor hacia una mujer se apodera de él, cuando siente esa "unión íntima de las almas" (así lo define él), no nota el mínimo atisbo de atracción sexual.

Quedamos pues en que Ludovico tiene una sexualidad disociada y fragmentaria. No todos los "fragmentos" que le excitan son iguales o, mejor dicho, tienen la misma potencia estimulatoria. Desde luego, el primer puesto, con diferencia, se lo llevan los culos. Pero prácticamente todas las partes del cuerpo de la mujer son capaces de generarle excitación. Unas orejas, especialmente los lóbulos; labios, sobre todo los de apariencia carnosa; las áreas laterales de un cuello; un ombligo, en particular esos que parecen mal anudados; las rodillas, más cuanto más redondeadas; los pies (puede pasarse un rato largo describiendo algunos que le hayan impactado); los pechos, grandes, algo caídos, en forma de "peras jugosas" como gusta describirlos ... En fin, que no hay apenas parte del cuerpo femenino que no sea objeto de su admiración, de la que no sea capaz de extraer estímulos inagotables.

La excepción es -ya lo he dicho- la vagina. Así que una hembra (suele usar este término para referirse a la mujer como objeto de sus deseos sexuales) es, para él, un agregado de partes maravillosas (unas más que otras) entre las que se incluye, desgraciadamente, una que le repugna. No obstante, a pesar de que todas vienen con vagina de serie, Ludovico ha entrenado una notable habilidad para abstraer su existencia, por el simple mecanismo de concentrar su atención en aquellos otros elementos tan cargados de erotismo. Podría decirse que Ludovico hace el amor, real o imaginariamente, con partes concretas y nunca con la mujer en su totalidad. Y no se crea que exagero demasiado, porque más de una vez me ha narrado el goce sentido con la chica de aquellas muñecas tan excitantes, o cómo olió, lamió, absorbió, acarició durante larguísimo tiempo el lunar que una pelirroja poseía en la columna, justo donde se iniciaba la curva del culo.

Un tío tan raro, pensarán todos, poca vida sexual debe tener. Cualquiera dudaría de que, con tales anomalías, pueda encontrar mujeres reales dispuestas a acostarse con él. Sin embargo, por extraño que parezca, Ludovico ha follado siempre regular y frecuentemente. Ha tenido parejas estables (incluso ha estado casado durante diez años) y ligues ocasionales; también hubo una época en la que recurría con cierta asiduidad a las prostitutas. Cómo logra aparearse se explica conociéndole, sabiendo que cuenta con numerosas cualidades que le hacen atractivo, además de haber desarrollado una estrategia personal para disimular primero y hacer entender después sus inclinaciones y fobias.

Como ya llevo bastante escrito sobre este individuo voy a dejarlo aquí. De momento, porque me quedan bastantes cosas que contar, la mayoría relacionadas (obviamente) con su vida sexual. ¿Qué cómo conozco todo esto? Pues porque, no me pregunten la razón, Ludovico me considera su mejor amigo, el único (son sus palabras) en quien puede confiar. No es que me sienta muy cómodo con sus confidencias pues el descubrir sus manías y enterarme de muchos detalles íntimos a veces me ha dejado algo desasosegado. Te haces una idea de un tipo que te cae bien (insisto en que tiene muchas cualidades atractivas) y poco a poco te va desvelando facetas suyas que te descolocan. ¿No se podría haber ahorrado las confidencias? Pero en fin, también esas anomalías las va uno poco a poco encajando y aceptando. No por eso va a dejar de ser un buen tipo, o es que ¿no somos acaso todos un poco rarillos?

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