lunes, 3 de octubre de 2016

El show de Ed Sullivan

Ed Sullivan tenía cuarenta y seis años, era un tipo elegante y atlético (había sido boxeador) y uno de los más leídos periodistas especializados en el mundo del espectáculo y las celebridades. Tres veces a la semana publicaba en el New York Daily News una columna titulada Toast of the Town que se reproducía en más de otros doscientos periódicos por todo el país. Sullivan y su esposa Sylvia vivían en una inmensa suite de la undécima planta del Hotel Delmonico de Park Avenue (en ese hotel, el 28 de agosto de 1964, los Beatles probaron la marihuana por primera vez, ofrecida por Bob Dylan), una pareja influyente sobre los más influyentes de Nueva York y el país. Estamos en 1948, años de posguerra eufórica en los USA. La televisión lleva ya casi una década emitiendo, pero aún es muy minoritaria. Una de las compañías radiofónicas más importantes, la CBS, intenta impulsar su sección televisiva, superar a la por entonces más poderosa RCA. Uno de los ejecutivos de la Columbia es Marlo Lewis, con experiencia en la producción de shows para la radio. Lewis le propone a Sullivan presentar un programa de una hora con el mismo título y temática que su columna de prensa. Así, en junio de 1948, se graba en directo el primer programa desde el Maxine Elliott Theatre de Nueva York (luego rebautizado Ed Sullivan Theatre).

En ese primer domingo por la noche, Sullivan recibió nada menos que a los compositores Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, en la cúspide de su fama por esos años; y también a Dean Martin y Jerry Lewis, por entonces un dúo cómico con éxito creciente en los locales nocturnos de Atlantic City. Hubo algunos invitados más cuyos nombres no me dicen nada, pero descubro que una tal Monica Lewis, cantante, era la hermana de Marlo, el productor del show. El caso es que, desde los primeros programas, Sullivan recibió muy malas críticas en la prensa escrita de sus propios colegas. Se ha dicho que pudieron estar motivadas en parte por la envidia (uno de ellos que se convierte en estrella) o por rechazo al nuevo medio de comunicación del que temerían, con razón, que eclipsara el protagonismo de los periódicos. Pero también es verdad que Sullivan era todo lo contrario de que lo que se esperaba de un presentador: carecía de gracia, era muy soso en sus presentaciones y se movía torpemente por el escenario en el que actuaban los distintos protagonistas de cada show. Sin embargo, lo cierto es que el programa se consolidó con magníficas audiencias desde muy pronto lo que le permitió mantenerse casi veintitrés años consecutivos (última emisión el 6 de junio de 1971).


¿Cuál fue, entonces, el secreto del éxito? Gracias a Internet he podido ver algunos de los programas, sobre todos de los dos primeros años (todavía en la década de los cuarenta), y, al menos desde el gusto actual, uno no diría que la clave fuera el formato. Como ya he dicho, se grababan en un teatro (de vez en cuando, sobre todo en los aplausos, se enfocaba al público) y el programa consistía en la sucesión de “variedades”: cantantes, monologuistas cómicos, imitadores, artistas circenses, guiñolistas, músicos, etc. Entre actuación y actuación salía Ed Sullivan para aplaudir la que acababa y presentar la que iba a continuación. El show se interrumpía dos o tres veces para proyectar anuncios de nuevos modelos de coches de la marca Lincoln-Mercury (marca de la Ford), principal patrocinador desde el 48 hasta el 62. Al principio y al final salían unas bailarinas con la melodía del programa, una coreografía un tanto patética. No, no me parece que el diseño del programa fuera nada innovador. Dicen los entendidos que lo que hizo del programa una referencia televisiva y tremendamente influenciable en el show-bussiness entendido en su más amplia acepción, fue la extrema habilidad de Sullivan en seleccionar a sus invitados, tanta que se aseguraba que quien aparecía en The Ed Sullivan Show era catapultado a la fama.

Si se repasan los nombres de los personajes que pasaron por el programa, en especial los de artistas del rock que son los que más me interesan, uno se asombra ante la cantidad de músicos relevantes. Cuando actuaron en el show no eran, ciertamente, tan conocidos como llegaron a serlo, y es verdad que su paso por el programa contribuyo popularmente a que se difundieran sus famas. Naturalmente, Elvis Presley, Bob Dylan, los Beatles, los Rolling Stones o los Doors habrían alcanzado el Olimpo musical aunque, al principio de sus carreras, no hubiesen sido presentados un domingo por la noche a la audiencia estadounidense por Ed Sullivan. Pero fueron presentados y eso, sin duda, influyó muy positivamente en sus éxitos comerciales, además de dejarnos no pocas anécdotas. Revisemos algunas, con las actuaciones correspondientes.

Elvis Presley
Parece que Sullivan no quería que Elvis fuera a su show. En junio, tras la aparición de Presley en el Milton Berle Show, comentó públicamente que sus actuaciones eran incompatibles con un público familiar (por sus provocativos movimientos de piernas y cadera). Sin embargo, el 1 de julio Elvis actuó en el Steve Allen Show de la NBC, el programa rival del de Sullivan. A pesar de que Allen se empeñó en menospreciar al de Memphis, la audiencia de su show superó a la de Sullivan, lo que no era habitual. Así que Ed tuvo que tragarse sus palabras y contratarlo para tres apariciones en su show por 50.000 dólares, record hasta la fecha. La primera actuación (9 de septiembre de 1956) alcanzó un 82,6% de share con más de 60 millones de espectadores. Curiosamente ese día Ed no fue el anfitrión de su propio espectáculo porque estaba en el hospital recuperándose de un accidente de coche; quien presentó el show fue el actor Charles Laughton. Pero Sullivan había dado instrucciones para que las cámaras evitaran enfocar al cantante de cintura hacia abajo. En el video adjunto pueden verse y escucharse Ready Teddy y una corta versión de Hound dog; ese día, además, cantó Don’t be cruel y Love me tender. Como he leído en la Red, el 9 de septiembre de 1956 es la fecha en la que el rock’n’roll pasó a ser el género musical dominante en los Estados Unidos.


Buddy Holly & The Crickets
Hasta mayo de 1957, publicación de That’ll be the day, Buddy y sus crickets no se comían una rosca, por más que se lo curraban actuando en cuantos locales les dejaran de Texas y alrededores. En noviembre de ese año publican su primer álbum y enseguida son llamados al programa de Sullivan. El todopoderoso y arrogante presentador les dice que no quiere que toquen Oh Boy porque le parece demasiado ruidosa, lo cual está a punto de que Buddy se largue. Al final, sin embargo, aunque a disgusto, entra por el aro e interpreta, además de su reciente gran éxito, la conocida Peggy Sue. Los chicos tuvieron tan buena acogida, en el teatro y en los niveles de audiencia, que Sullivan los invitó dos meses después y entonces sí interpretaron el tema vetado. Cuenta la leyenda que Ed les propuso volver una tercera vez y Buddy le contestó que no tenía dinero suficiente para contratarle. No era aún tan importante para despreciar el poder publicitario del programa pero se ve que el chico quiso desquitarse. Un año después de esa segunda actuación, el 3 de febrero de 1959, Buddy se mató en el más célebre accidente de avión de la historia del rock (the day the music died). El video que sigue corresponde a la primera actuación, la del 1 de diciembre de 1957, y a Peggy Sue (no he encontrado la interpretación completa de That’ll be the day). Buddy tenía 21 añitos y sus Crickets rondarían edades parecidas, no hay más que ver las pintas de niños embutidos en trajes con corbatas; a medio camino entre lo tierno y lo patético. Merece la pena verlo.


Seguiré con más rockeros y sus actuaciones en el show de Sullivan ...

2 comentarios:

  1. Ed Sullivan fue un boxeador mediocre. Nada que ver con su homónimo John L. Sullivan, campeón del mundo de los pesados unas décadas antes

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    1. Imagino que sería incluso menos que mediocre, porque apenas tuvo carrera como tal. Pero su paso por el boxeo le sirvió mucho al principio de su carrera periodística, cuando se dedicaba a los deportes y aprovechaba sus contactos y amistades. Hizo, por ejemplo, una célebre entrevista a Joe Louis.

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